Mueck se mudó a Londres para establecer su propia compañía, creando utilería y “animatronics” para la industria de la publicidad. A pesar de ser altamente detallados sus trabajos, eran diseñados para ser fotografiados desde un ángulo muy específico, ocultando así el desorden de la obra vista desde otro ángulo. Mueck con más y más frecuencia deseaba producir esculturas que se vieran perfectas desde cualquier ángulo.
RON MUECK
Mueck se mudó a Londres para establecer su propia compañía, creando utilería y “animatronics” para la industria de la publicidad. A pesar de ser altamente detallados sus trabajos, eran diseñados para ser fotografiados desde un ángulo muy específico, ocultando así el desorden de la obra vista desde otro ángulo. Mueck con más y más frecuencia deseaba producir esculturas que se vieran perfectas desde cualquier ángulo.
En 1996 Mueck cambió hacia el “otro bando” colaborando con su suegraPaula Rego, para producir pequeñas figuras como parte de una escena que ella estaba mostrando en la Galería Hayward. Rego lo presentó conCharles Saatchi quien inmediatamente quedó sorprendido con su trabajo y comenzó a coleccionar y solicitar trabajos. Esto lo dirigió hacia la creación que le formó un nombre a Mueck, “Dead Dad” (papá muerto) que es una escalofriante e hiperrealista obra de silicona y otros materiales, del cuerpo muerto de su padre, reducido aproximadamente a dos tercios del tamaño natural. Es la única obra de Mueck que usa su propio pelo para el producto final.
Las esculturas de Mueck reproducen partes intimas del cuerpo humano, pero juega con la escala para crear imágenes que nos sacuden.1
Su obra de cinco metros “Boy”, fue mostrada en 1999 en el “Millenium Dome” y más tarde se exhibió en la “Biennale de Venecia”.
Éste escultor formó parte de la exposición “Sensation” que causó polémica y otras reacciones extremas entre los críticos y el público. La pieza que expuso en esa ocasión era “Dead Dad”. Esa exposición incluyó también a otros “nuevos” artistas británicos como Damien Hirst y los hermanos Jake y Dinos Chapman, que llevan su quehacer a extremos definitivamente estremecedores.
RICHARD ESTES
Richard Estes (nacido el 14 de mayo de 1932 en Kewanee, Illinois) es un pintor estadounidense conocido por sus pinturashiperrealistas.
Sus cuadros consisten generalmente en retrospectivas de ciudades alejadas y en paisajes geométricos de ambientes urbanos en donde los automóviles, forma de vestir, carteles publicitarios y escaparates, representan el ambiente de la época.
Una característica de su pintura es la compleja utilización de las superficies con luz refractada; desde 1967 comenzó a pintarlas, y desde entonces le han acompañado en sus obras, edificios reflejados en estructuras cristalinas y lisas como los escaparates, ventanales, cabinas telefónicas, capó de un coche o al paso de un autobús. También reproduce reflejos deformados y a veces difuminados en superficies no lisas y uniformes como son las olas de agua en movimiento. Está considerado como uno de los fundadores del movimiento foto-realista internacional de finales de los años sesenta, con artistas como Malcom Morley, Chuck Close y Duane Hanson.
Con corta edad, la familia de Richard se mudó a Chicago. Allí, siendo un joven adulto, estudió en el Instituto de Arte de Chicago desde 1952 hasta 1956 donde se interesó por la obra de otros pintores realistas como Edgar Degas, Edward Hopper y Thomas Eakins, ya que todos ellos estaban ampliamente representados en la colección del instituto. En 1956 se estableció definitivamente en Nueva York tras finalizar sus estudios. Los años siguientes trabajó como artista gráfico de varias revistas y agencias de publicidad en Nueva York y en España, país en el que vivió en 1962. En 1966 disponía del capital suficiente para dedicarse enteramente a su pintura. En 1968, celebra su primera exposición individual en la Allan Stone Gallery de Nueva York.
La mayor parte de sus obras del principio de los años sesenta representan a habitantes de ciudades desarrollando actividades cotidianas. Alrededor de 1967 el artista empezó a pintar fachadas de tiendas y edificios con ventanales de cristal, y lo que es más importante, las imágenes reflejadas que se mostraban en estos ventanales. Los cuadros estaban basados en fotografías a color en los que captaba la naturaleza evanescente de los reflejos, que podían cambiar por la iluminación y la hora del día.
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